Tal vez sea Claudio la persona menós "común" que he conocido. Era la enérgica delgadez, la serena inquietud, la pacífica valentía, la quijotesca cordura,... Claudio era un hombre sabio, curioso, activo, comprensivo, trabajador, bueno y honesto. Fue, asimismo, un educador vocacional y un animal socio-político, un luchador cívico generoso, tolerante y solidario.
Ahora que se nos ha marchado, yo guardaré de Claudio el recuerdo de un hombre republicano, socialista, humanista, comprometido, coherente y, creo, agnóstico. Y todo ello sin fisuras ni concesiones a la galería, tan alejado siempre como pueda imaginarse de la soberbia y la pedantería.
Seguramente Claudio heredó de sus padres sus principios éticos, su tenacidad, su intelectualidad, su altruismo, sus ideales democráticos y su afán de lucha por la justicia y el bien común. Siempre me habló de su padre, Juan López, militar republicano represaliado por el fascismo, con una admiración y un orgullo impresionantes.
Hoy, tras una muerte dignísima, contra la que batalló con sus mermadas energías (y la ayuda de Mª Ventura, su esposa, y de sus cuatro hijas) vienen las palabras, las flores y los homenajes al hombre público. Pero que ello, aún siendo lógico y merecido, no sea una cortina que nos impida ver lo más importante: su ejemplo como persona, como maestro y como político, en el sentido más noble y clásico de esta palabra.
A veces, por fortuna, alguien recoge lo que siembra, y Claudio sembró amistad, paz, sencillez, respeto, solidaridad y un sinfín de valores que hacen de él esa persona poco común, esa "rarísima avis" de la que hablaba al principio.
Tras esa barba y esos cabellos añejos y venerables, tras ese cuerpo delgado vestido con informalidad, tras esa mirada noble, clara y serena, y tras esa sonrisa amable y algo pícara, vivía un ciudadano ejemplar cuyas virtudes pueden resumirse con un sólo adjetivo: íntegro.
Claudio, te quedas entre los que te conocimos y te disfrutamos. Después de una vida ejemplar, incluso para morir fuiste guía y referente.
Gracias, compañero. ¡Salud y República!
Francisco Moriche Mateos, septiembre de 2009
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- CLAUDIO LÓPEZ SERRANO: NOTA BIOGRÁFICA -
Claudio López Serrano nació hace 75 años en Aldeanueva del Camino (Cáceres), hijo del militar republicano Juan López y de Asunción Serrano.
Fue maestro nacional, educador vocacional, luchador y defensor de la escuela pública y laica. En el barrio de La Rondilla de Valladolid, ciudad en la que residía, la Liga Española de Educación y Cultura Popular inauguró en 2007 una Casa de Niños y Niñas con el nombre de "Maestro Claudio López Serrano".
De ideología y militancia socialista, fue concejal de Participación Ciudadana, Servicios Sociales y Educación en Valladolid entre 1979 y 1983. Ejerció el cargo de Presidente de la Plataforma Vallisoletana de Voluntariado Social y recibió en Granada el Premio a la Solidaridad. Contribuyó a la creación de la Liga de la Educación, de la que era vicepresidente. En 2002 fue fundador y coordinador de la corriente de opinión Izquierda Socialista en Valladolid, y fue siempre un referente ético del socialismo español.
Claudio López falleció el día 29 de agosto en Valladolid, donde tuvo lugar su velatorio. Fue despedido el día 30 en una ceremonia civil celebrada en el Centro Cultural de Aldeanueva del Camino, en cuyo cementerio fue enterrado. En ambos actos, su esposa, sus hijas, su hermana y sus nietos estuvieron acompañados por multitud de amigos y compañeros, que le rindieron una cálida y emocionada despedida.
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